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que ofrecían. De esta forma la “tecnología”, refiriéndonos a los equipos o hardware sofisticado,
se volvió en un apéndice que aumentó las capacidades de las personas.
No se puede analizar solamente los resultados visibles del internet, pues la magnitud de
este proceso alberga dimensiones invisibles muy importantes, pero a veces poco abordadas.
Según Heidegger (2006), el aspecto de los elementos es lo que percibimos mediante la
dimensión visible conociendo su forma, características, usos, etc. Sin embargo, es en la
dimensión invisible que contiene significados ocultos y complejos donde se revela la verdadera
naturaleza del elemento. De esta forma, es incorrecto limitar la digitalización y el impacto de
internet a la existencia de nuevas modalidades para realizar ciertas actividades. Internet no solo
permitió que se desarrollen varios complejos vínculos y significados invisibles, sino que es el
medio que unifica al mundo en una nueva sociedad digitalizada donde estos invisibles siguen
evolucionando caracterizada por la búsqueda de la velocidad, versatilidad y la eficiencia.
Actualmente podemos comprobar el impacto social del internet desde canales como el
flujo de la información que ha definido a la actual sociedad interconectada (Castell, 1996).
Internet cambia este panorama dominante de los espacios físicos gestionados por instituciones
tradicionales al crear nuevos procesos y actividades en línea donde la información puede fluir
individualmente hacia los usuarios superando varias barreras. Según Manuel Castell (1996),
estás nuevas instituciones basadas en redes desplazarán a las basadas en espacios tradicionales
y el control girará alrededor de los poderosos agentes que posean la red y sus espacios. En
cambio, otros autores, como Wellman et al. (2003), plantean que el internet servirá para
empoderar al ciudadano quien tomará un rol más individualista para alcanzar sus objetivos
personales apoyándose en los nuevos espacios digitales.
Si bien el ascenso de los espacios digitales no ha mermado la gestión del sector público
sobre sus espacios e instituciones más importantes, sí ha demostrado la importancia y
complejidad de estos nuevos escenarios. Su potencial ha crecido enormemente dando
herramientas a los ciudadanos para la actividad y conformación de nuevos grupos, relaciones y
dinámicas en internet. Las redes sociales como Twitter y Facebook, por ejemplo, actualmente
son un importante espacio de debate, discusión política y coordinación de actividades ciudadana
como manifestaciones. Las rendiciones de cuenta, el activismo y la propia democracia se
redefinen en estos tiempos donde el ciudadano digital exige y ejerce sus derechos mediante
medios distintos lo que cambia las dinámicas políticas, incluso en países tecnológicamente en
desventaja como los latinos (Jimbo-Santana & Jimbo Santana, 2021) causando que ser usuario
de internet sea más que usar un medio de comunicación adicional, implica la participación en